Por Daniel Giacaman Zaror.
La tocata comenzó poco antes de las 24:00 horas, cuando Jerónimo subió al escenario para mostrar su propuesta. Poco a poco la gente se fue acercando al sector destinado a la música en vivo para ver a este grupo que participará del Rockódromo 2012.
Con un estilo innovador y una llamativa mezcla de sonidos lograron sacar los aplausos del público, aunque eso contrastó con un par de temas algo más planos que se escucharon en la mitad de su presentación. No obstante, la banda superó con creces las expectativas de quienes no la conocían.
Luego fue el turno de Murieta, que en poco tiempo ha logrado posicionarse como uno de los principales exponentes del rock piducano. Y la noche del sábado lo ratificó. La experiencia y calidad de la mayoría de sus integrantes se reflejó en un sonido potente que deleitó al público.
Eso sí, la voz se perdía entre la fuerza de la guitarra, el bajo y la batería. Éste es uno de los aspectos a mejorar por parte de la vocalista Darling Molina, quien también se mostró con poca actitud. En su defensa, hay que decir que la acústica del local le jugó en contra.
Agartha fue la banda encargada de cerrar la tocata, irradiando buena energía y potencia con su rock psicodélico y con una fusión de estilos que caracterizó la jornada en el Tuareg Bar, la cual se extendió hasta cerca de las 3 de la mañana.