Por Daniel Giacaman Zaror.
Herederos de Nada abrió la jornada en la capital a las 23:15 horas, con una breve pero sólida presentación. Potencia en la ejecución musical y buen manejo de voces y coros fue la mejor forma para pedir más minutos sobre el escenario para una próxima oportunidad, alcanzando su peak con “Desobediencia a conciencia”.
Luego fue el turno de Los Jotes, que consiguieron el primer pogo de la noche gracias a su punk ramonero. Los talquinos se sobrepusieron a la ausencia de Cacho (guitarra) y a los problemas técnicos en uno de los micrófonos para mover al público con temas como “Kabul Rock City”, “Nada va a detenernos”, “Fantástico” y “Envuelto en llamas”.
A las 00:30 horas subió al escenario Malacura. Consolidada como una de las mejores bandas de la escena local y fuertemente influenciada por el grupo trasandino, fue la antesala perfecta para Flema, provocando que los asistentes se acercaran masivamente al escenario para bailar y cantar todas las canciones, incluido un cover de “Recordándote”, clásico flemático que fue una previa del gran cierre de la noche.
Lo que vino después fue un bombardeo de clásicos con una de las bandas más emblemáticas del punk rock sudamericano, más allá de que ya no esté físicamente el fallecido Ricky Espinoza, líder indiscutido del grupo.
Flema comenzó a tocar a las 01:12 y de inmediato el local se llenó hasta copar su capacidad. Un par de peleas en medio de la pista no lograron impedir que la jornada fuera un éxito. Fue cerca de una hora en que el público estuvo en éxtasis, subiéndose constantemente al escenario, coreando al máximo cada uno de los temas y disfrutando de la distorsión que siempre es bienvenida en una tocata punk.
Todo terminó a las 02:14 con el vocalista de Malacura, Américo Pinilla, interpretando “Nunca seré policía” junto a Flema, sellando la hermandad entre ambas bandas y colocándole el punto final a una gran jornada en el Club Babilon.
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