martes, 26 de noviembre de 2013

SCD: De su repertorio, de los cobros y otras manos


Previo a la elección presidencial de este año -y en un claro rechazo a la política tradicional- las redes sociales prometían pasar la cuenta a la candidata Michelle Bachelet. Sin embargo, esta furibunda amenaza no pasó de ser una mera pachotada cibernética.

Con la SCD ocurre algo similar: harto reclamo por Twitter, harta pataleta por Facebook, pero ahí continúa su labor y los músicos siguen afiliándose a ella por las posibilidades de promoción y difusión que les ofrecen incluyendo, también, las salas SCD, sus laboratorios y la asesoría jurídica pertinente.

Entonces, ¿cómo explicar esta dicotómica opinión sobre la Sociedad Chilena del Derecho de Autor? Sin duda, es el cobro de derechos -misión principal de la SCD- lo que ha hecho de ésta una organización muy impopular. Y es que gestionar platas siempre acarrea cuestionamientos; el problema es que la SCD se resiste a adaptarse a los nuevos tiempos, cobrando de chincol a jote (hasta al beneficio en memoria de Daniel Zamudio!).


1.- ¿Qué es el “repertorio SCD”? ¿Cuál es el verdadero catálogo de obras/artistas que representa en el cobro de derechos?

2.- Por otro lado, la SCD actúa en base a presunciones que son las que han dado origen a las polémicas:

a) Al cobrar, la SCD presume que toda obra musical ejecutada o comunicada públicamente corresponde a “su repertorio”, sin considerar que muchas de esas obras pueden que no estén bajo su administración (por ejemplo, un grupo autogestionado que toca canciones originales y nunca se ha afiliado a la SCD).

b) Al cobrar, la SCD se arroga una representación universal, lo cual no corresponde a la realidad. De hecho, en su propia página señala que la “SCD administra el repertorio chileno y gran parte del repertorio mundial,gracias a los convenios y contratos de reciprocidad que hemos firmado consociedades autorales de todo el mundo. Por ello, al entregar una Licencia, éstaes válida para un repertorio amplio e internacional”. Entonces, ese repertorio es grande, amplio, mas no universal.

Hoy la SCD se enfrenta a nuevo conflicto, esta vez con los Fiskales Ad-Hok quienes, incluso, se querellaron contra la entidad gestora. Quizás sea la gota que rebase el vaso; puede que sea el punto de inflexión. Lo único cierto es que con los últimos mediáticos conflictos bien vale la pena reflexionar sobre el rol de la SCD y de cómo ésta se adapta a los tiempos que corren.

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