Vía @Intelectual_IP
Previo a la elección presidencial de este año -y en un claro
rechazo a la política tradicional- las redes sociales prometían pasar la cuenta
a la candidata Michelle Bachelet. Sin embargo, esta furibunda amenaza no pasó
de ser una mera pachotada cibernética.
Con la SCD ocurre algo similar: harto reclamo por Twitter,
harta pataleta por Facebook, pero ahí continúa su labor y los músicos siguen
afiliándose a ella por las posibilidades de promoción y difusión que les
ofrecen incluyendo, también, las salas SCD, sus laboratorios y la asesoría
jurídica pertinente.
Entonces, ¿cómo explicar esta dicotómica opinión sobre la
Sociedad Chilena del Derecho de Autor? Sin duda, es el cobro de derechos
-misión principal de la SCD- lo que ha hecho de ésta una organización muy impopular.
Y es que gestionar platas siempre acarrea cuestionamientos; el problema es que
la SCD se resiste a adaptarse a los nuevos tiempos, cobrando de chincol a jote
(hasta al beneficio en memoria de Daniel Zamudio!).
En su sitio web, la SCD declara como misión principal:
“Gestionar de forma eficiente el repertorio musical que nos han encomendadotanto nuestros socios y afiliados, intérpretes y autores nacionales, como losautores extranjeros y otros titulares de derechos de autor y conexos, medianteel control del uso de ese repertorio, su licenciamiento, y la correspondienterecaudación y distribución de derechos”. Pero:
1.- ¿Qué es el “repertorio SCD”? ¿Cuál es el verdadero
catálogo de obras/artistas que representa en el cobro de derechos?
2.- Por otro lado, la SCD actúa en base a presunciones que
son las que han dado origen a las polémicas:
a) Al cobrar, la SCD presume que toda obra musical ejecutada
o comunicada públicamente corresponde a “su repertorio”, sin considerar que
muchas de esas obras pueden que no estén bajo su administración (por ejemplo,
un grupo autogestionado que toca canciones originales y nunca se ha afiliado a
la SCD).
b) Al cobrar, la SCD se arroga una representación universal,
lo cual no corresponde a la realidad. De hecho, en su propia página señala que
la “SCD administra el repertorio chileno y gran parte del repertorio mundial,gracias a los convenios y contratos de reciprocidad que hemos firmado consociedades autorales de todo el mundo. Por ello, al entregar una Licencia, éstaes válida para un repertorio amplio e internacional”. Entonces, ese repertorio
es grande, amplio, mas no universal.
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