miércoles, 16 de mayo de 2018

La Mano Ajena repasa su historia: “Tuvimos la posibilidad de ser muy insolentes con la academia”

Por Daniel Giacaman Zaror.

Una fiesta de alrededor de tres horas de duración está preparando La Mano Ajena para este sábado 19 de mayo en la carpa del Circo del Mundo, ocasión en la que realizarán un recorrido por toda su carrera como gran despedida tras haber anunciado el fin de la agrupación.

El evento, que ha sido titulado como “La Última Manoseada”, estará dividido en tres actos y contará con la mayoría de los más de 20 músicos que han formado parte de este proyecto, por lo que será una jornada única e irrepetible.

“Es sumamente importante para nosotros hacer un cierre de un proceso largo junto a las personas que han pasado y es la gran oportunidad para aquellos melómanos que apoyan la música chilena de encontrarse con una banda que ha tenido la posibilidad de instalar un sonido distinto a partir de los comienzos del año 2000”, comenta el director musical de La Mano Ajena, Rodrigo Latorre, en una completa entrevista con SanRock.cl.

En ese sentido, afirma que “ese día va a ser muy especial” y que le permitirá a sus seguidores “volver a encontrarse con esa banda que los hizo bailar horas en el Galpón 9, en el Teatro Novedades y en el Galpón Víctor Jara”. “Cualquier ejercicio que tiene que ver con la memoria o con esa reflexión del tiempo invertido en un proyecto, es súper nostálgico”, sostiene.

Latorre cuenta que durante los constantes ensayos que han tenido en estas semanas “nos encontramos con que hay cosas que de alguna forma, a nivel musical o metodológico, han repercutido en nuestro trabajo hasta el día de hoy: en las clases particulares, en el trabajo académico, en el aula con los niños, en el teatro… Ha sido darnos cuenta de que todo esto que construimos en conjunto finalmente también tuvo otros espacios en los que resonó, que tampoco se acaba en La Mano Ajena, sino que se proyecta como una especie de big bang y cada uno de nosotros se lleva algo de ello”.

LOS INICIOS
Los inicios de la banda se remontan al año 2000 con la idea de armar un proyecto de investigación sobre folclore del mundo y que en 2002 fue bautizado como La Mano Ajena.

Escucha acá la anécdota que da origen al nombre del grupo


Latorre explica que los dos primeros años de La Mano Ajena fueron de mucho estudio e investigación. “Fue aprender un lenguaje en un tiempo en que no es como ahora que te metes a bajar música y hay tutoriales. Los pocos discos que habían de música gitana los devoramos”, recuerda.

“NUNCA DEJAMOS DE ROBAR LO QUE NOS GUSTABA”
Una situación que siempre caracterizó a la banda fue la transversalidad con la que se movió, tanto en su estilo musical como con los grupos que los que compartían escenarios, los lugares donde se presentaban y el público que los seguía. “No quedó en una cosa circunscrita a una elite. Lo que hicimos nosotros fue buscar espacios populares donde validar nuestra música y, obviamente, tuvimos que tocar con Pedro, Juan y Diego, y no era gente que tocara lo mismo que nosotros. Entonces, partimos haciendo conciertos con Mauricio Redolés, con La Gran Tarkeada del Viento, con La Floripondio, con La Patogallina Saumachín, con JuanaFé… Había un tema que tenía que ver más con el discurso social que con la cuestión musical”, sostiene.

Latorre agrega que “después surgió lo musical y aparecen todas las compañías de danzas tribales o estas fiestas que van enfocadas a tener una banda en vivo y un dj, mezclando lo étnico con la electrónica, que vitalizaron y abrieron un espacio para ese segmento”.

Lo único que teníamos en común era el rock. Lo otro tuvimos que aprenderlo. Ninguno de nosotros es gitano. Entonces, no costó nada crear vinculaciones con el metal o con el punk y darle un espacio a lo que era nuestra historia personal. Nunca dejamos de robar lo que nos gustaba, entonces La Mano Ajena siempre tuvo esa posibilidad de no cerrarse a ser solamente la banda de música gitana”, destaca el director y uno de los fundadores del grupo.

UN PROYECTO RUPTURISTA
Desde sus orígenes, el proyecto tuvo una esencia rupturista. Primero, trayendo a Chile sonidos que no eran habituales en este lado del mundo y, luego, incorporando raíces latinoamericanas y una fuerte crítica social, además de una puesta en escena y ejecución musical que siempre fue bien recibida por el público.

“Yo creo que La Mano Ajena es un colectivo muy inquieto, donde tuvimos la posibilidad de ser muy insolentes con la academia y tratar de hacer música popular con un poco más de contenido, no solamente en las letras y la poesía, sino que tratando de impregnar una disciplina, un amor por los arreglos musicales y ampliar esta visión de que la música popular solamente trabaja en los rangos guitarra-batería-bajo-teclados… Jugarnos por tener otros instrumentos y sonoridades, y si había que meter un theremin, una marimba, un arpa, ahí estaba al servicio de esto, que era un espacio de exploración profunda”, recalca Latorre.

A su juicio, es muy difícil poder decir qué fue lo más bonito que vivieron en los casi 18 años que duró La Mano Ajena, ya que “cada uno de nosotros debe subjetivizar esa respuesta”. No obstante, en lo personal, a él lo marcó una situación que le contaron en Cáhuil, pequeña localidad ubicada 15 kilómetros al sur de Pichilemu.

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Desde otro punto de vista, también fue reconfortante el hecho de que los pares valoraran la labor que estaban realizando y haber compartido escenario con músicos que eran referentes de la banda, como por ejemplo Emir Kusturica, con quien tocaron en cuatro ocasiones y quien incluso los invitó al festival que organiza en Serbia, donde tuvieron una exitosa presentación en 2009.

Eso finalmente es un reconocimiento al trabajo y al compromiso. Ir a tocar allá es como ir a graduarse. Y era entender que lo que estábamos haciendo tenía su sello particular. No éramos una banda de covers de folclore balcánico, sino que hacíamos propuesta y recogíamos esos elementos culturales, pero también otros que están mucho más en nuestra raíz”, valora Latorre.

Pero también hubo experiencias desagradables. Por ejemplo, Latorre se arrepiente de la sobrexposición que tuvieron en algún momento. “Más que perjudicarnos, nos llevó a espacios que no correspondían y a estar con gente que no estaba en sintonía realmente con lo esencial. Nos confundían con una banda de pachanga y nosotros no íbamos a ir a hablarle de la cumbia. Nosotros no somos la banda que vende más combinados o la que lleva más curados. Muchas veces estuvimos en lugares y espacios donde no fuimos artistas, donde éramos solamente empleados”, lamenta.

La postura clara y directa que siempre mostró el grupo en diversos temas sociales también tuvo sus costos, como cuando una vez iban a tocar en Santiago con el dúo argentino Lerner y Moguilevsky, pero los organizadores decidieron echar para atrás la invitación cuando se enteraron que La Mano Ajena ha expresado su posición a favor de la causa Palestina. “Tiene que ver con la forma y el manejo que tiene la comunidad judía chilena, que actuó casi como la Gestapo viendo cosas y no siendo capaces tampoco de asumir lo que históricamente les corresponde. Finalmente nos hicieron un favor también. Cacharon que nosotros teníamos acciones pro-Palestina y lo vamos a seguir haciendo porque nos interesa decir las cosas como son”, afirma Latorre.

“17 AÑOS A LO MEJOR FUE UN EXCESO”
A la hora de buscar una explicación para el fin de La Mano Ajena, Latorre opina que “17 años a lo mejor fue un exceso”. En ese sentido, agrega que “más que un desgaste, yo creo que es el decaimiento natural que sufren los proyectos artísticos cuando no son instituciones”.

“Es cierto que hay otros proyectos que van a durar más, pero para nosotros fue suficiente como para haber hecho un desarrollo creativo y aprovechar nuestras capacidades”, argumenta el director musical del grupo.

Escucha acá las razones del término de La Mano Ajena


Latorre reconoce que la partida de la vocalista Fernanda Carrasco a fines de 2012 -quien formará parte de los miembros históricos que estarán en el show de despedida este sábado- fue un golpe duro para la banda y detalla que “cuando la Feña se fue, en el fondo nosotros dijimos ‘hasta aquí no más seguimos’”.

Sin embargo, después de casi un año sin tocar, La Mano Ajena volvió a las pistas en septiembre de 2013 con una renovada propuesta. “Tuvimos como el pololeo, nos juntamos y fue muy natural”, expresa Latorre.

Esta última etapa también tuvo hitos importantes, como la participación en la competencia tributo a Los Jaivas en el Festival del Huaso de Olmué 2014 –donde interpretaron una gran versión de “La Quebrá del Ají”-, pero lo cierto es que sus días de mayor popularidad ya habían pasado. “Es lógico que esas personas que nos iban a ver cuando tenían 20 años, ahora tienen 38 y tienen una vida de qué ocuparse”, analiza Latorre.

Finalmente, el director musical de La Mano Ajena sostiene que “si convivimos como casi un matrimonio de 17 años es porque realmente estuvimos muy ahí uno al lado del otro”. Pero aún queda historia por contar, ya que este sábado se vivirá un encuentro familiar y musical que promete ser inolvidable para todos los fanáticos de la banda creadora del "klezmer a la chilena".

Rodrigo Latorre te invita a “La Última Manoseada”


COORDENADAS – “LA ÚLTIMA MANOSEADA”
Sábado 19 de mayo – 19:00 horas
Carpa de Circo del Mundo (ex Mundo Mágico), General Bonilla 6100 B.
Entradas: $5.000
preventa a contacto@lamanoajena.cl con el asunto "Preventa La Última Manoseada" (recibirá datos para la compra anticipada)

La Mano Ajena anunció el fin de su exitosa trayectoria

La Mano Ajena anunció que durante el primer trimestre del próximo año pondrán fin a su actividad musical. " Estamos muy agradecidos de todos quienes formaron parte de nuestras filas y de todos quienes nos acompañaron y apoyaron en estos 15 años de porfía", expresó la banda a través de un comunicado, que se puede leer al final de esta nota de SanRock.cl .

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